El uso de técnicas tradicionales ha dado una nueva vida a materiales tan antiguos como el marès.

La política de vivienda que se está desarrollando en las Illes Balears tiene como ejes claves tanto a las personas destinatarias de las acciones, como la apuesta firme por la sostenibilidad integral.

El trabajo llevado a cabo en estos últimos años desde la conselleria de Mobilitat i Habitatge, a través del IBAVI, ha cambiado el paradigma de la vivienda pública. Construcciones que disfrutan de los mejores estándares de calidad garantizan a la ciudadanía un derecho fundamental, como es el acceso a una vivienda digna y adecuada. Para avanzar en este objetivo, cuando finalice la presente legislatura se habrán incorporado más de un millar de viviendas al parque público de alquiler de las Islas, entre nueva construcción y adquiridas a grandes tenedores y particulares.

La apuesta por la sostenibilidad se traduce en promociones que hacen frente a la emergencia habitacional y la crisis climática. La arquitectura de bajo impacto ambiental reduce el consumo de CO2, de recursos y de agua, priorizando los materiales sostenibles, locales y de Km 0 como marés, posidonia, madera o tierra comprimida. Así se impulsa la economía circular, se revalorizan los residuos y se apuesta por cláusulas sociales en los pliegos de contratación.

Esta línea de trabajo se inició con un proyecto de 14 viviendas en Sant Ferran, Formentera, en 2009. Gracias a los fondos europeos del programa LIFE+, no sólo se construyó el edificio prototipo de viviendas, sino que junto con la Direcció General d’Energia i Canvi Climàtic (DGECC) y la Universitat de les Illes Balears (UIB) también se monitorizó su confort, el consumo de energía y agua, la producción de residuos en obra y se calculó su huella de CO2 para ofrecer datos y valores de referencia a las administraciones de cara a futuras regulaciones.

Existe un nuevo concepto de obra que ya se practica en Balears.


Reusing Posidonia es un proyecto que apuesta por los materiales naturales, financiado por el programa europeo LIFE+. Está avalado por expertos nacionales e internacionales, que han reconocido el esfuerzo de las Islas por convertirse en laboratorio donde poner en práctica ejemplos aplicables al resto del Mediterráneo. Ha sido premiado en 15 ocasiones, entre ellos con el premio a Mejor Proyecto en la categoría de medio ambiente de los Life Awards 2021 de la Comisión Europea.

PROYECTOS VIABLES

La apuesta por este modelo se ha incrementado de forma notable con la labor de la actual directora general d’Habitatge, Cris Ballester, en colaboración con el arquitecto Carles Oliver. Se ha aplicado a los más de 40 proyectos en fase de obra o redacción del IBAVI, que incluyen más de 900 viviendas de obra nueva.

La totalidad de los nuevos proyectos del IBAVI se han calculado para reducir en torno a un 90 % las emisiones durante la vida útil de las viviendas en comparación con las que se construían hace 10 años. Este nuevo modelo de construcción sostenible tiene en cuenta los materiales, la eficiencia energética, el ahorro en recursos y el tratamiento de residuos durante las obras y la vida útil y el reciclaje del edificio cuando acabe su uso. Todas estas medidas tienen un efecto social multiplicador: las familias que ocupen estas viviendas se beneficiarán del planteamiento de ahorro energético del modelo, con lo que se hace frente a la pobreza energética. Además del diseño, se han revisado los pliegos de licitación de obra pública, que habitualmente contemplaba la oferta más barata para construir más viviendas con menos recursos.

Las construcciones en las que se emplean elementos tradicionales, procedentes del entorno más cercano y con la sostenibilidad y la eficiencia energética como premisas, dará en los próximos años un aspecto muy típico de las Islas a los nuevos proyectos.

Actualmente, se aplica la directiva europea 24/2014 y su transposición a la Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público, que establecen que «la oferta más ventajosa no es necesariamente la más barata», y se valoran aspectos sociales y medioambientales. La oferta económica ya no es el único valor determinante y se ponen en valor otros aspectos que tienen un valioso retorno a la sociedad.

Nueva vida para los materiales tradicionales

En la nueva construcción sostenible se aplican recursos técnicos como las bóvedas de piedra arenisca, al modo de las casas antiguas, construidas con paredes de 80 cm de grosor. Se emplea esta piedra por ser uno de los materiales locales industriales que menos energía necesita y que configura gran parte del paisaje construido de la Isla. Se han documentado más de 1.600 canteras de piedra arenisca inactivas, pero hoy en día sólo quedan una docena de activas y se encuentran en peligro de desaparición si las administraciones no toman medidas adecuadas para cambiar los hábitos de consumo en la construcción local.

Plan piloto en es Trenc para estudiar la gestión de la posidonia del Mediterráneo.
La posidonia acumulada en las playas es un buen aislante para la construcción.

La reciente introducción de nuevos marcos normativos europeos, más restrictivos en exigencias de sostenibilidad, ha incrementado el coste de las obras con materiales ordinarios, haciendo viable la recuperación de soluciones tradicionales. En este escenario, otro importante material es la posidonia, planta marina exclusiva del Mediterráneo. El gran volumen de hojas muertas depositadas en algunas zonas costeras proporciona, tal y como se demostró en el proyecto Reusing Posidonia en Formentera, un material que se aprovecha como aislante. De esta forma se hace visible el valor ambiental de esta planta y se relacionan nuestras viviendas con los ecosistemas que nos rodean.